Es complicado indagar en la historia de los humidores o decir una fecha en la que nacieron. O el nombre de su inventor. O cómo fue el primer humidor de la historia. Un sencillo arcón de madera gruesa, un poco carcomida, colocado en un sótano ligeramente húmedo. Algo así podría haber sido el primer humidor para cigarros, tal y como lo describe Zino Davidoff en su ‘Libro del buen fumador de habanos”.
Se trataba de un mueble que le enseñó un modesto cultivador de tabaco en uno de sus viajes a Cuba. “Venga a ver un mueble de mi familia en el que los cigarros no pierden nada”, le mostró el señor. Y el propio Davidoff no solo vio el mueble, sino que pudo comprobar sus cualidades de conservación. Se fumó un cigarro que había pasado casi 25 años en ese arcón de esa familia de cultivadores.
Claro está que el clima cubano es perfecto para la conservación del tabaco. Por ello, ese cigarro que se fumó Zino Davidoff tras 25 años conservado en el mueble de esa familia cubana era excelente, como él mismo lo describe en su libro. “Al aroma habitual de la marca se le unía un remoto perfume discreto, una nota de suavidad, una resonancia sutil, como la huella del tiempo”, cuenta.
El descubrimiento de Zino al traer los primeros cigarros a Europa
Cuando Davidoff comenzó a importar habanos a Europa, se enfrentó a un problema significativo. Los habanos que trajo estaban en condiciones óptimas en Cuba, pero al llegar a Europa, se encontraron en un ambiente mucho más seco, lo que provocó que se secaran, afectando negativamente su sabor y calidad. Este problema subrayó la necesidad urgente de encontrar una solución para mantener los habanos en condiciones adecuadas.
Para resolver este problema, Davidoff decidió diseñar un humidor que pudiera mantener la humedad adecuada y emular el ambiente de humedad absoluta del cigarro en Cuba. Así, creó el primer humidor que controlaba la humedad para evitar que los puros se secaran.
La solución de Davidoff no solo ayudó a preservar sus propios habanos, sino que también marcó un avance en la forma en que se manejaban y almacenaban los cigarros en Europa. Su innovación contribuyó a mejorar la calidad del tabaco en el mercado europeo y sentó las bases para prácticas de almacenamiento más refinadas.
Los humidores, claves para países sin clima tropical
Así, en los países que no tienen un clima tropical, como en los europeos, es más complicado guardar tantos años los cigarros. Además, los cambios bruscos de temperatura, propios de países con estaciones marcadas, no los favorecen. Sin embargo, es posible conservarlos en los humidores durante mucho tiempo conservando sus características. Eso sí, sabiendo siempre cuáles son las condiciones en las que deben estar los cigarros dentro del humidor.
Cabe recordar que el ambiente más favorable a un habano y cualquier otro cigarro Premium es:
- Humedad relativa entre el 67 y el 72 %. El grado idóneo de humedad es el 70 % a 20 grados.
- Temperatura entre 20 y 25 º C.
Las propias cajas en las que vienen los cigarros ayudan a su conservación. Así que nunca es mala idea meterlas directamente en el humidor. Sin embargo, además de ayudar a no perder sus cualidades, el humidor enriquece los cigarros. Se asientan los sabores, se añeja más el cigarro y se impregnan del aroma de la madera de cedro del humidor.
La historia de los humidores no acaba en su creación: conservar y madurar los cigarros
También lo explica Zino Davidoff en su libro: “Nunca me cansaré de repetir que un cigarro conservado en buenas condiciones, no sólo no pierde nada de su calidad, sino que mejora. Al envejecer, cambia. Pero no por ello es menos satisfactorio: ha adquirido su completa madurez”.
No obstante, todo depende de los gustos de cada fumador. Igual que hay amantes de los vinos jóvenes y apasionados de los vinos con muchos años de reserva. Además, hay tabacos que envejecen peor que otros. Por ello, hay que informarse bien a la hora de comprar un cigarro Premium sobre el tipo de tabaco de su liga y durante cuánto tiempo puede conservarse (en las condiciones idóneas de humedad y temperatura).
En segundo lugar, es aconsejable saber si el producto que se compra ya lleva un largo tiempo en el establecimiento; el periodo en el que se encuentra el cigarro (fermentación o madurez); si todavía puede y/o debe envejecer; el grado de madurez en el que se encuentra… Todo ello es clave para saber cuánto tiempo puede conservarse un cigarro antes de fumarlo.
En todo caso, los humidores son los mejores lugares en los que pueden descansar los cigarros. “Todo aficionado debe poseer en su casa un humidor , es decir, un lugar más o menos grande donde sus cigarros se almacenen o conserven algunos meses antes de ser consumidos”, aconseja Zino Davidoff.
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