¿Por qué los humidores son la mejor opción para conservar cigarros?
A menudo, los fumadores de cigarros compran más puros de los que se van a fumar y al llegar a casa, se encuentran con que hay que conservar los puros en buen estado hasta que vayan a fumarlos. Para fumarse un puro como si fuera recién comprado, hay que almacenarlo en las condiciones adecuadas. De lo contrario, además de perder sus aromas y sabores, puede, incluso, estropearse. Es decir, es fundamental tener un humidor.
Por supuesto, hay muchas soluciones “caseras”, entre las que hay que descartar ya de una vez la nevera, que es un ambiente seco y lleno de olores de comida que no hacen ningún bien a los cigarros. Tiene que quedar claro que lo único que proporciona a los cigarros las condiciones perfectas para su conservación mientras aguardan su turno para ser consumidos es un humidor.
Estas son las diez razones por las que debes tener un humidor para conservar tus puros
- Los humidores mantienen la humedad idónea para los cigarros — en torno al 70% (entre 65 y 75%) –. Es decir, las condiciones dentro del humidor son las propias de un clima húmedo y suave como el de los países tropicales de los que proceden la mayoría de los cigarros Premium. En este ambiente, el puro puede absorber la cantidad ideal de humedad. La temperatura también es importante a la hora de un buen almacenaje, aunque, por lo general, las temperaturas de los hogares suelen ser adecuadas para el tabaco, en torno a 21 grados, siempre que no se superen los 23 o 24 grados.
- Las cajas y tubos con los que vienen de fábrica son hermosos envoltorios, pero su función principal no es la de conservar los cigarros.
- Los humidores permiten almacenar puros de forma ordenada, sin que unos ejerzan presión sobre otros y puedan romperse o estrujarse.
- Los cigarros se impregnan de los aromas de la madera de cedro del interior del humidor, con la que generalmente están revestidos los humidores. Se trata de una madera que absorbe muy bien la humedad y la dosifica, por lo que posibilita las condiciones idóneas de almacenamiento.
- Los humidores y las cavas de puros permiten, además, que continúe el añejamiento de los puros. Se recomienda almacenar los cigarros después de comprarlos entre tres y seis meses para que su sabor se haga más uniforme y equilibrado.
- En todo caso, los humidores son dispositivos que evitan que los puros adquieran los aromas del ambiente o de otro tipo de productos que haya en el hogar.
- Los humidores son fáciles de controlar. El humidificador, ya sea natural o electrónico, simplemente necesita rellenarse periódicamente de agua. El higrómetro (digital o analógico) aporta toda la información necesaria sobre los niveles de humedad. Normalmente, el humidor electrónico facilita el control de los niveles de humedad. El higrostato junto con un conjunto de luces avisa sobre si el dispositivo necesita agua.
- La función fundamental de un humidor es evitar que los cigarros se sequen. Un cigarro que no tiene las condiciones apropiadas de humedad deja de “trabajar”, es decir, detiene su proceso de asentamiento de sabores y aromas. Si esto se prolonga mucho, finalmente se seca. Los puros secos no se pueden fumar. Además de prender muy rápido, ofrecen sabores picantes y desagradables, además de que la capa se desmenuza como cualquier hoja seca, y el puro se desarma. Por el contrario, el exceso de humedad imposibilita el tiro y la combustión y puede incluso llevar a la aparición de moho.
- Hay humidores de todo tipo de precios, por lo que no se trata de un dispositivo de lujo ni para aficionados súper expertos. Los humidores están al alcance de casi todos los bolsillos.
- Además, los modelos y acabados de los humidores permiten que hagan juego y queden muy bien en cualquier lugar de la casa o de un estanco, adaptándose a todo tipo de estilos de decoración.
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